INTRODUCCIÓN:

Si en la primera incursión de este Super Mario All-Stars en El Cerebro de la Bestia hablé largo y tendido sobre el más que mítico y legendario
Super Mario Bros, como continuación lógica hoy vengo a analizar con detenimiento al que fue su sucesor, aunque trasladándolo a este último, realmente eso de “continuación lógica” no encaja demasiado con él. Y es que, tras la explosión de buenas críticas, ventas millonarias y cientos de miles de jugadores adictos al título de plataformas por excelencia de Mario, lo que llegó después fue, cuanto menos, chocante e inesperado ya que, quitando los conocidos personajes, algunos elementos (como las conchas de tortuga o las estrellas de inmunidad) y enemigos, muy poco tuvo este Super Mario Bros 2 que ver con su
antecesor. El estilo gráfico fue totalmente modificado, la mecánica dio un vuelco insólitio y tanto el objetivo final del juego como el mismo final boss fueron sustituidos.

Para mayor rareza, este título salió directamente en Estados Unidos, saltándose a su país de origen, que no pisaría hasta pasada la friolera de cuatro años bajo el nombre de Super Mario Bros 2 USA. Aunque detrás de todo esto, hay una historia esclarecedora que probablemente muchos de vosotros ya conozcáis, una de esas que a día de hoy suena casi surrealista, pero que en su día fue en realidad una estrategia comercial más que otra cosa, marcada por un alto riesgo de rechazo en el continente americano del que fue en Japón el ‘verdadero’ y original Super Mario Bros 2, aunque por supuesto los nipones tampoco se quedaron sin su ración de Mario mirando a los americanos mientras babeaban envidiosos (faltaría más). Aun con todo este desaguisado de cambios de nombre, fechas y ‘múltiples personalidades’ el juego cosechó un éxito inmenso (aunque lejos del
primer título de la serie), cifrándose las ventas en alrededor de siete millones de copias vendidas.