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martes, 12 de marzo de 2019

Rival Turf!

INTRODUCCIÓN:

Rival Turf! - Caja Pal delanteDesde ya mismo, os podéis ir acostumbrando a la palabra ‘tópico’ porque va a aparecer unas cuantas veces a lo largo de este texto, con el que pretendo desvelar las virtudes y carencias de un juego tan recordado como añorado, el Rival Turf! de Super Nintendo. Y aunque la repita hasta la saciedad (y no sin muchas razones), esta nunca va a ir en sentido peyorativo o remarcada como algo necesariamente negativo, sino más bien todo lo contrario. Sencillamente, algunos entre los que me incluyo, deseamos de vez en cuando disfrutar de un beat’em-up de vieja escuela, sin alardes, sin complicaciones, solo gozar de una mecánica sin muchos más alicientes que la de repartir mamporrazos a diestro y siniestro de principio a final de fase y hasta el mismo final del juego… ¿es esto mucho pedir? Pues desgraciadamente, hoy en día sí, pero por suerte estos grandes clásicos nunca morirán.

Rival Turf! - TítuloRepasemos ahora, de forma fugaz si se me permite, la trayectoria de Japan Leisure Corporation (Jaleco) dentro de los juegos diseñados (no los solamente producidos) para la 16 bits de Nintendo, en la que prácticamente tocó todos los palos, desde el shoot’em-up hasta algún que otro Mahjong, el wrestling con el desconocido HammerLock Wrestling y hasta el Hockey sobre hielo. Variedad sí, pero no tanta calidad. Operation Logic Bomb era bastante bueno; los dos sucesores de Rival Turf! son bastante mediocres; Super Earth Defense Force, vaya vaya… y Tuff E Nuff no estuvo mal pero bastante discretito, siendo tal vez el más interesante de todos el The Ignition Factor, que fue un fracaso comercial, y este que nos ocupa. Con este palmarés y la baja nota media de calidad, Jaleco no le llegaba ni a la suelda de los zapatos a gigantes como Konami (otrora) o Capcom, por citar algunas.

TRAMA:

Rival Turf! - EstadioEs curioso, y puede parecer harto extraño, pero en realidad este tipo de cosas eran más habituales de lo que uno llega a pensar. En la versión del juego que llegó a Estados Unidos y a Europa, la trama se centra en el rapto de Heather, la novia de Jack Flak (uno de los protagonistas) por parte de Big Al y su banda llamada los reyes de la calle. El estereotipado luchador busca la ayuda de Oozie Nelson, también seleccionable, un policía que junto a su colega busca limpiar las calles de la corrupta Los Angeles a base de tortazos y no dejar ni un maleante vivo y, en última instancia, rescatar a la víctima. Los motivos de este cambio entre una versión y otra me son desconocidos, pero tras leer el argumento del Rushing Beat (que así se denominó el juego en su país natal) se pueden deducir ciertos aspectos, siempre ligados a la censura que en aquellos tiempos podía llegar a límites que rozaban el absurdo.

Rival Turf! - Bate de beisbolEl juego original introducía muchos más elementos. En este caso, la persona secuestrada no es la pareja, sino la hermana de Rick Norton (Jack Flak en occidente), María, quien posee una grabación que pone en evidencia los malvados planes de la mafia organizada y liderada por el mismo Big Al. A parte de esto, se introduce el concepto de las drogas (gran tabú, especialmente para Nintendo). La banda en cuestión está fabricando y distribuyendo un potente estimulante que está dando al traste con la paz reinante en la ciudad de Neo Cisco (ya no es Los Angeles), y los héroes buscan información, comenzando por el estadio, tanto para resolver las incógnitas de todo este caso como para rescatar a la muchacha. Los poseedores de esta versión disfrutaron de una introducción que se eliminó en el resto, y de un final más largo y explicativo.

GRÁFICOS:

Rival Turf! - ColumnasSolo en lo referente a la historia he querido utilizar este esquema comparativo, ya que realmente no es aplicable a ningún otro apartado, por lo que Rival Turf! y Rushing Beat son, por lo demás, prácticamente idénticos salvo por la pantalla del título. ¿Qué es lo que vamos a encontrar en este beat’em-up? Pues, básicamente, os remito de nuevo al primer párrafo: un topicazo tras otro, pero tópicos profundamente encantadores. Macarras con casco, yonkis altos y delgados con mallas, delincuentes con una cinta en la cabeza, karatekas escurridizos, gigantes letales tipo Andore (ya sabéis), obesos con Rival Turf! - Doppelgängerhombreras… ¿Lo hemos visto en otros juegos? Por supuesto, en decenas de ellos, y esto puede afectar al tema de la originalidad, de la cual desde luego este juego va bastante cortito, pero ni de lejos tiene porque significar que estamos ante un mal producto. Y esto, por supuesto, se extiende también a los jefes de final de fase. Tipos con espada, bichos raros con garfios, máscara y ultra rápidos, patinadores de hielo híper agresivos, luchadores de judo enajenados… aunque ciertamente, el carisma no es precisamente su fuerte.

Rival Turf! - EscaparateSin embargo, el juego engancha a través de este apartado entre otras cosas, pero obviamente, afrontándolo con mente abierta y espíritu receptivo a redescubrir esos clásicos de toda la vida, que tanto triunfaron en los salones arcade y tantas conversiones dieron para consola (con irregulares resultados). Super Nintendo, por suerte para aquellos a quienes nos encanta este tipo de juegos, estaba plagada de ellos, incluyendo dos partes exclusivas de Final Fight y este que nos ocupa, primero de la trilogía Rushing Beat. Ese Rival Turf! - Garajeestilo tan callejero, tan habitual en los años 90, quedó perfectamente plasmado en este cartucho de 1992. Creo que no se puede (casi diría que ni se debe) prescindir de entornos y decorados tan míticos como el clásico autobús, la típica calle plagada de delincuencia, ese almacén abandonado, la azotea o los aparcamientos, entre otras muchas y deliciosas estampas que forman parte de algún momento de la vida de todos los jugadores que nos hemos pasado horas y horas, en distintos juegos de este tipo, destrozando los botones para eliminar a bandidos y gente de mal vivir en estos lugares.

Rival Turf! - PlacajeDejando todo lo que este género puede suponer para nosotros en el plano emocional, dediquémosle este último párrafo de los gráficos a lo que es la parte más técnica, algo razonablemente importante. El juego que nos ocupa mantiene un nivel medio en todos los apartados, incluyendo el gráfico. El tamaño de los personajes está bien, pero los hemos visto más grandes en esta consola. Las animaciones a veces son un poco extrañas y entrecortadas, los enemigos suelen ser lentos y acartonados, y no posee ninguna floritura que nos pueda impresionar, ni a la Rival Turf! - Favelashora de ejecutar llaves con nuestros adversarios, ni a la hora de lanzar objetos. Ya he avisado que, si buscamos la originalidad como virtud exclusiva de un beat’em-up, Rival Turf! no es precisamente la mejor opción. Los jefes son algo más grandes que los enemigos normales pero también están torpemente animados y sus diseños no pasan de ser vulgares (incluso hay alguno tirando a feo). Incluye algunos escenarios no tan vistos como la jungla, unas oficinas o un campo de atletismo, así que en cuestión de variedad no nos va a aburrir.

SONIDO:

Rival Turf! - PasajerosDebido a las diferencias entre versiones oriental y occidental, la primera tiene un número de temas mayor (por ejemplo, debido a la introducción) aunque creedme, nos quedamos con la mejor parte, ya que los temas omitidos eran muy densos, casi exclusivamente formados por bajos y sonidos graves que además suenan bastante artificiales. De todas formas, no creáis que la banda sonora de este juego es la octava maravilla, ni siquiera dentro de los beat’em-ups. Como en otros apartados, y esto es un gran punto a favor, sabe mantener la esencia de este género, con melodías bastante recargadas de bajo y rítmicas, no necesariamente de estilo funk, pero sí bastante dadas a los ritmos entrecortados y melodías muy ochenteras, con una batería constante que en ocasiones se acelera conjuntamente con la acción, especialmente cuando escuchamos la de la sexta (y última) fase. Las que tienen más peso en su melodía son bastante llevaderas y no se hacen pesadas, pero las que están más recargadas de bajo llegan a saturar bastante, sobre todo en las fases más difíciles.

Rival Turf! - Oozie y JackRealmente no hay ninguna que sea extremadamente personal o que no se asemeje a otras que ya hemos escuchado en otros brawlers, pero hay algunas que probablemente no olvidaremos y serán asociadas para siempre con Rival Turf!, como la que nos aborda en la primera fase o la de la jungla, que tiene cierto encanto. La acción más vibrante llega (además de en algún momento puntual) con los final bosses, en los que esos teclados, tanto cuando sirven de base como en su faceta más virtuosa, son lo más destacable de este corte, que por desgracia se repite en todos los jefes finales salvo en el último. Una lástima, porque realmente parece que los compositores estaban inspirados con este. Respecto al de Big Al (el jefazo) se añade aun más acción y algún ligero toque neoclásico en su composición. Lástima el habernos quedado sin uno de los temas escondidos, probablemente el mejor de todo el juego. Distintos tonos para los golpes, dependiendo de la intensidad, y algunas voces digitalizadas bastante mediocres (y a la larga incluso molestas) cubren el apartado de los FX, que pasa con más pena que gloria el examen.

JUGABILIDAD:

Rival Turf! - RíoDominar los movimientos de nuestros personajes, ejecutar las llaves de presa y calcular los saltos y los golpes no es complicado, pero tiene su aquel. Tampoco es que tengamos una gran variedad de combinaciones de teclas, pero hay que estudiarse al dedillo con qué enemigos se pueden utilizar algunas, o con cuales es mejor mantenerse a distancia y golpear tan solo en el momento justo. No es garantía para pasarse el juego sin recibir un solo puñetazo, pero nos vendrá bien evitar ciertas técnicas frente a ciertos enemigos. Rival Turf! - ShoryukenTenemos el combo básico (del que no podremos abusar como en otros juegos), el salto, el golpe aéreo y una llave especial para salir de apuros, aunque limitada. No hay especiales, ni barras de carga, ni nada que se salga de lo habitual… bueno sí, está el modo Angry (cabreado), que se activa (siempre que así lo hayamos indicado en las opciones) al recibir varios golpes seguidos, y durante el cual nuestro personaje entra el cólera y se vuelve inmune a todo, ganando en potencia de golpe y en espectacularidad, lanzando a los enemigos por los aires si es necesario.

Rival Turf! - SombreadoProbablemente cuando entremos en este estado de furia, nuestro personaje estará en las últimas, por lo que es imprescindible aprovechar bien esos valiosos segundos de inmunidad. Algunos enemigos son especialmente cabezotas, y si no somos hábiles a la hora de esquivar sus golpes, caeremos como moscas, y más cuando en concreto los gigantes son capaces de quitarnos tres cuartas partes de la vida de un solo golpe. Cuidado con estos y con los karatekas en sus distintas versiones, bastante escurridizos y veloces, y Rival Turf! - Suplexque conste que nos los encontraremos muchas veces, porque la variedad de enemigos en sí es muy reducida. De todas formas, no creáis que la dificultad es excesiva, de hecho, es uno de los aspectos mejor calibrados y cuidados del cartucho. Con un poco de tino y atención, tras unas cuantas partidas seremos capaces de llegar a la última región con unas cuantas continuaciones todavía en nuestra saca, a pesar de que no se pueden conseguir extras. Tampoco vidas, pero sí recargas, como es habitual en este género, y más nos vale racionarlas bien y escoger el momento óptimo para consumirlas.

Rival Turf! - EscalerasEl modo para dos jugadores existe, y es una de las opciones más interesantes y divertidas. Zurrar la badana a todos esos maleantes en compañía siempre es un gran aliciente, y en las opciones iniciales podemos escoger si puede haber golpes entre los dos jugadores, algo que puede aumentar el pique y terminar en situaciones de lo más hilarantes. Podremos escoger entre Jack Flak y Oozie Nelson, cada uno con sus características, aunque no difieren entre ellos tanto como sucede en otros títulos, lo que nos moverá a escoger a uno u Rival Turf! - Selvaotro será el diseño, bastante típico en el caso del larguirucho Jack y un tanto cutre en el caso de Nelson, pero siempre es de agradecer la opción. Los golpes son distintos pero la forma de controlarlos es idéntica, y tan solo cambiará el color si escogemos al mismo personaje jugando a dobles. Volviendo a la idea inicial de este análisis, ese sabor clásico es irresistible, por muy vistos que estén los entornos y lugares, y siempre es un verdadero placer su sencilla mecánica y su diversión inmediata.

CONCLUSIÓN:

Rival Turf! - Final boss Big AlDentro del catálogo de Super Nintendo hay muchísima diversidad en cuanto a beat’em-ups callejeros. Rival Turf! puede que, a pesar de resultar entrañable, no sea el mejor de todos ellos, pero desde luego, si buscamos un ejemplo ‘random’ de juego que aúne la esencia misma concentrada y todos los clichés reunidos de aquellos añorados juegos “yo contra el mundo” vamos a encontrar en él un valor casi seguro con el que dar rienda a nuestros más agresivos y luchadores instintos, a ese mamporro fácil y gratuito y sin embargo tan gratificante. Carece de muchas de las características de los monstruos del género, pero estar lleno de tantos tópicos, en mi opinión, no es algo negativo. Es muy probable que en un futuro no muy lejano presente aquí a sus sucesores, Brawl Brothers y The Peace Keepers, también de Jaleco que pienso que carecen de la magia clásica de este que nos ocupa aunque no sean malos del todo.

Y es que los beat’em-up de estas características (con los que me encanta utilizar la descripción de ‘yo contra el barrio’) entraron en tan pronunciada decadencia con la llegada de las consolas que manejaban entornos tridimensionales que prácticamente han desaparecido en el siglo XXI y yo personalmente los echo muchísimo de menos, ya que era Rival Turf! - The Enduno de mis géneros favoritos. Bajo el conocido sello (especialmente en aquellos mágicos tiempos) de Jaleco, Rival Turf! es un arcade de lucha callejera que nos va a proporcionar lo que buscamos, ni más, ni menos. No van a haber innovaciones, ni alardes gráficos, ni nada que se salga de lo habitual de aquellos años, incluso se le podría tachar de ser un clon descarado de los maestros como Final Fight o Streets of Rage, pero lo que no se puede negar es que lo que tiene, está bien hecho y os encantará si en su día fuisteis fans de este género.

- Lo Mejor del Juego: Esencia clásica pura y dura de beat’em-up, para quien quiera revisar absolutamente todos y cada uno de los tópicos de este extinto género. Dificultad bien ajustada. El Angry mode es lo más espectacular.

- Lo Peor del Juego: La música no está bien resuelta, ni tampoco los efectos sonoros. Peca de repetitivo en cuanto a enemigos. Faltan más movimientos. Quien busque originalidad, que se olvide de él.


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Lo cierto es que este juego, con sus 8 Mb hace lo que buenamente puede, pero eso no quita que ciertos aspectos, como el sonoro, sean muy mejorables. Las melodías suenan en una calidad que a veces recuerda excesivamente a los 8 bits de Nintendo por la baja fidelidad de su instrumentación, y los efectos de sonido dejan bastante que desear en general. Pero como por suerte sucede en casi todos los juegos, a base de escucharlas con calma y atención, descubrimos algún que otro tema que se salva de la quema.

South of the Border. El título me resulta bastante evocador por algún motivo, y no obstante, las fases que tienen este tema como acompañamiento son de lo más exótico, desde una espesa jungla hasta un pueblo subdesarrollado plagado de gente poco fiable. Lo que más me llama la atención es la melodía central, muy variada y con un amplio rango de estilos. La percusión no está mal, pero el bajo suena demasiado prominente y repetitivo. En cualquier caso, es de las mejores.



Bizarre Lab. Sorprendente, sin duda, ya que el que haya jugado este título (al que yo le tengo mucho cariño) en profundidad, sabrá que en ningún momento visitamos un laboratorio como tal. Efectivamente, nos encontramos ante un tema oculto en la rom del cartucho, que no se utilizó ni en la versión original ni en las occidentales. Y es una verdadera lástima, no la pondría aquí si no fuese también de lo mejorcito. Su título ya nos invita al misterio, su ritmo es distinto al de cualquier otra y sabe crear ambientación.



Battle with Big Al. La caña sin tapujos viene de golpe con este corte, que es exclusivo de la pelea final que libraremos contra el poderoso Big Al. Una de las baterías más frenéticas que escucharemos en todo el juego (quizá junto a la de Fight to the finish). Ideal para el final boss, contiene algún detalle de originalidad, como el pequeñísimo fragmento virtuoso, que recuerda al Metal neoclásico por unos segundos. Los teclados cogen mucha presencia y el bajo es más discreto que en la gran mayoría.

2 comentarios:

Petalatorre dijo...

Que recuerdos,puede que no fuera el Final Fight pero era el "final fight" que yo tenia y a este se podia jugar junto a un colega que al original no (en snes)
lo disfrute mucho

JaviRPG dijo...

Efectivamente, si hay algo en lo que este Rival Turf! superaba claramente al juego en el que se inspiró era en el modo para dos jugadores, inexistente en la versión Snes de Final Fight que tantas críticas negativas le supuso. Yo también le tengo mucho cariño por el gran número de horas que le dediqué en su día.

Un saludo.

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