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martes, 15 de enero de 2019

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood

INTRODUCCIÓN:

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Caja Pal Ha pasado mucho tiempo, demasiado, desde que hice mi última aportación a este mi queridísimo blog El Cerebro de la Bestia, y ha sido gracias a vuestras peticiones y ánimos (muchas gracias, de verdad), entre otros motivos, que he decidido empezar a reavivarlo de nuevo, como siempre ofreciendo reviews tanto de títulos estrella como de aquellos más desconocidos y escondidos. Tanto tiempo, y ha de ser con uno de mis personajes favoritos de siempre de dibujos animados con el que he querido retomar estos análisis, en concreto, con la Pantera Rosa y con el único videojuego que se creó utilizando a este simpático y elegante felino para la Super Nintendo… y de hecho, el primero en la historia de las videoconsolas. Tras alguna discreta incursión en sistemas como Commodore 64, Amstrad CPC o Amiga, algún pinball y unas cuantas cancelaciones (Atari 2600 y Magnavox Odyssey), por fin los sistemas de 16 bits abrieron la puerta al personaje.

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Título Y no es que estemos hablando precisamente de la octava maravilla de los videojuegos, pero sí de un plataformas puro y duro que alcanzó cierta notoriedad en su día, y muchos aun recordamos las notables reviews que la mayoría de revistas del sector le hicieron. Probablemente no ha envejecido tan bien como otros juegos del mismo género para la consola (que contaba con un amplio catálogo de joyas mucho más disfrutables que esta), pero aun así se pueden extraer varias cosas positivas de la experiencia jugable, siempre teniendo en cuenta que no encontraremos un Super Mario World ni un Aladdin o un Addams Family, por citar algunos ejemplos. El juego también apareció para Megadrive, y aunque comparten mecánica, las diferencias entre ambos son notables, desde las relativas al sonido como a la dificultad, escenarios, objetos, movimientos… aunque lo mejor existe en común: manejaremos a la gran Pantera Rosa.

TRAMA:

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Escalera de hojas Como algunos de vosotros ya sabréis, este felino animado tan querido es especialista tanto en meterse en los líos más surrealistas como en salir de ellos, algo que ya demostró en la serie animada que le dio la fama, y que se emitió entre el 1964 y el 1980, o la moderna y más desechable que se emitió del 1993 al 1995 y posteriores intentos poco exitosos de llevarlo de nuevo a la televisión. Casi en todas sus apariciones, siempre ha tenido en la figura del incompetente inspector Jaques Clouseau a su principal enemigo, su némesis particular, que ha intentado por todos los medios hacerle la vida imposible. Pero el personaje creado por Friz Freleng es mucho más inteligente, audaz y despierto que aquel que trata de pararle los pies en sus alocadas y divertidas aventuras, por lo que siempre saldrá airoso con los más desternillantes e inesperados resultados.

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Cementerio Así que, en esta ocasión, la Pantera Rosa decide ir a probar suerte al mismísimo Hollywood, concretamente a los estudios MGM, para convertirse en una estrella del celuloide (si es que no lo es ya suficiente), pero con tan mala fortuna que, casualidades de la vida, coincide con el inspector Clouseau en una escena interpretada por este, y que el felino rosa termina arruinando. A raíz de estos hechos, comienza una alocada persecución que llevará a ambos personajes a recorrer todos los escenarios y decorados montados en dicho estudio, y deliciosamente inspirados en reconocidas películas, desde los bosques de Sherwood (Robin Hood) a un western cualquiera, pasando por el capitán “barbarrosa” o recorriendo un decrépito cementerio, siempre a la carrera, siempre escapando de su perseguidor, aunque salvo en la introducción, no volveremos a toparnos con él en demasiadas ocasiones. Así pues, con un marco tan cinematográfico y apropiado… ¡ya tenemos el pastel listo para servir!

GRÁFICOS:

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Estrellas y avión Para hacer una valoración apropiada en este apartado de Pink Panther in Pink goes to Hollywood (como en cualquier juego, en realidad) es preciso haberse recorrido todos y cada uno de sus escenarios, observar detalles que en ellos aparecen y darse cuenta de la variedad existente, ya que son bastante incomparables entre ellos. Es la gran ventaja de situar la acción de cada fase en un escenario distinto cada vez, descaradamente inspirados (basta con leer el nombre de cada uno) en películas tan alejadas entre sí como Poltergeist, Cariño he encogido a los niños o La gata sobre el tejado de zinc, grandes hitos de la pantalla grande cada una en su género. Y esto es un aliciente enorme para los que, como yo, disfrutáis del buen cine en casa, ya que todos ellos nos resultarán muy familiares pero siempre bañados con ese “toque rosa” y con ese humor que desprenden tanto sus sprites, como sus fondos o animaciones. Los personajes son deformes, los enemigos abstractos y sus comportamientos son los que cabría esperar de cualquier capítulo de la serie original creada por Blake Edwards.

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Estanteria Tampoco esperemos grandes florituras como escenarios híper detallados o efectos especiales complejos, pero desde luego el hecho de que se haya respetado el estilo y el trazo de los dibujos originales ya es toda una alegría para la vista. Además, el colorido es algo que salta a simple vista, y con una variedad bastante amplia en la paleta de colores. Aunque normalmente predominan los tonos pastel, siempre hay lugar para la sorpresa. Desde la sobriedad de la fase nevada, en donde predominan colores muy claros, pasamos a la originalidad del interior del pollo (en la cocina) o las miles de luces y estrellas que adornan la fase de la ciudad, sin duda mi favorita. También encontramos grandes pinchazos, como la
Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Vaca voladora horrorosa fase del interior de la limonada y su monocromática y casi hiriente paleta de colores, de la que acabaremos hasta el gorro (por no citar la irritante forma de nadar que le han inculcado a la Pantera Rosa en el juego). Salvando esta última, no hay lugar para el aburrimiento visual, aunque como digo, son trazos muy sencillos y no encontraremos sombreados trabajados o profundidades de scroll ni nada similar. Por cierto, este último podría ser mucho más suave…

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Fantasma La Pantera Rosa acaparará casi toda nuestra atención. Verla caminar es todo un placer, con sus hipnóticos movimientos y sus ajetreados saltos, además de ejecutando sus trucos (algunos bastante tronchantes) o llevando un accesorio frontal distinto en cada fase, incluyendo la pifia gráfica en las gafas de buceo “por la mitad”. Su animación es fluida y de nuevo recuerda a la serie de dibujos animados, formada por los suficientes cuadros de animación, aunque deberían haber incluido más gags y movimientos graciosos dignos de este personaje. También podría haber dado mucho más de sí el tema de los enemigos, la mayoría son muy simplones y salvo el fantasma final, no hay jefes que guarden cada fase. Los mejores de todos son los de la época prehistórica. Visualmente entra por los ojos, especialmente si somos fan del protagonista, y eso ya es un paso muy importante, porque el humor y el histrionismo de la creación original están bien representados, pero al conjunto general le falta algo de profundidad.

SONIDO:

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Tripas pollo Si hay algo que a uno le pueda recordar a la Pantera Rosa, incluso con los ojos cerrados, eso es sin duda la fantástica composición central que siempre ha acompañado la mayoría de sus aventuras. Hablo, por supuesto, del tema compuesto por Henry Mancini. No fue el único que le dio la fama mundial (ya había hecho grandes trabajos con anterioridad para reconocidas películas), pero quizás sí es por el que más le recordamos. Y es que ese saxo y el jazz que tan bien le sienta se unen a una carga de misterio y humor en una simbiosis perfecta que dio lugar a una de las grandes melodías de la historia del dibujo animado. Para un videojuego, el no contar con la banda sonora de la creación original podría resultar un detalle nimio, pero en este caso en particular sería imperdonable. Por suerte para nosotros, desde el mismo momento en que aparecen los logos de TecMagik y Manley & Associates Inc. (creadores del juego) podremos deleitarnos enormemente con el tema original en toda su esencia, elogiablemente instrumentado, fiel y además en casi toda su extensión, que es el perfecto entrante para motivarnos a disfrutar del juego.

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - La pantera rosa Pero no queda ahí la cosa, ya que aunque el juego tarda mucho en hacerse de querer por motivos en los que me extenderé más abajo, encontramos más alicientes sonoros para ponernos con él y no desistir a las primeras de cambio. Cada fase posee, por supuesto, su propio tema, y para sorpresa del jugador, nos encontramos con que la mayoría de ellas son versiones del nombrado tema central, cuya melodía se ha adaptado fenomenalmente a los escenarios en los que suena, añadiendo contrabajos, pianos, trompetas… En otras composiciones, tan solo escucharemos pequeños fragmentos de la original y se desarrollarán por otras travesías, pero siempre con la calidad como máximo exponente y esto es muy de agradecer, ya que su nivel puede llegar a compensar las carencias del cartucho. Las percusiones, suaves la mayoría de ellas, están igualmente muy bien implementadas, subiendo más todavía si cabe la temperatura de las fases. Es, sin duda, el mejor apartado del juego.

JUGABILIDAD:

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Jungla Aquí es donde viene el quid de la cuestión, en un apartado tan fundamental como el de la jugabilidad y en el que Pink Panther in Pink goes to Hollywood falla más. Comenzamos en una especie de overworld (en realidad hay dos de ellos), con objetos gigantescos a partir del cual se puede acceder a las distintas fases de que consta el juego, 12 en total, lo cual es un buen número. Una puesta en escena francamente muy original e imaginativa. En nuestro primer contacto con el rosado felino, veremos que algo falla y entorpece la
Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Limonada diversión: el control que tenemos sobre él, y esto no hace más que acentuarse conforme emprendemos las primeras fases. Descontrol en los primeros pasos, dificultad para calcular los saltos y una extraña inercia que nos dará mucha sensación de descontrol, sobre todo si no somos capaces de dominar el botón Y que sirve para hacer correr al personaje. En cuanto las plataformas entran en juego (y básicamente, estamos ante un plataformas puro y duro), comenzaremos a maldecir a quien diseñó el control.

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Pirata loco Nuestro amigo tiene unos movimientos lentos, torpes y acartonados (no confundir con la animación, que es bastante buena como he dicho antes), algo muy negativo dada la condición del juego. Antes de preocuparnos de dominar los trucos y el tema de las monedas, tendremos que pasarnos unas cuantas horas para aprender a dominar los saltos y las distancias. Y aun así, esto no es garantía contra las malas pasadas que nos jugará. Este aspecto, por sí solo, reduce considerablemente la nota media que, de no ser así, sería un notable más que decente. Por suerte, como si los programadores fueran conscientes de esta
Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Nieve desventaja, no hay lugares donde se nos exija demasiada pulcritud y precisión en los saltos. El tema de los trucos puede resultar muy útil si se usa con acierto. Mediante unos ítems recogidos (sobre todo, en las fases de bonus), nuestro héroe se sacará de la manga un semáforo, una bola de bolos, un perro o un martillo que sirven para defenderse de los enemigos y allanar el camino… que falta nos hará, ya que muchos de los enemigos ya estarán encima de nosotros incluso antes de que los veamos venir.

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Refrescos Usar las monedas correctamente, cada una con su función determinada en cada lugar concreto (según la posición del “peaje”), también nos sacará de más de un aprieto. Uno no se puede tomar este juego bajo el método de “correr a lo loco”, ya que de esta forma no duraremos ni 10 segundos en ninguna de las fases. Esto no quiere decir que no pueda ser divertido, pero hay que cogerle el tranquillo. Este aspecto se va viendo más claro una vez dominemos los movimientos y la inercia. Cuando conozcamos los niveles y nos sepamos al
Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Retratos malvados dedillo el posicionamiento de los elementos dañinos, avanzar será cuestión de calma, por tierra o por mar, aunque las fases “sumergidas” tienen más bien poca cosa buena que rescatar, comenzando por la forma de nadar. Dominando por completo el juego no nos llevará más de 2 o 3 horas terminarlo del tirón, su duración es media, pero hasta que llegue ese momento… creedme qué vais a sufrir durante decenas de horas. Por suerte, podemos modificar los atributos con los que empezamos a jugar (número de vidas, puntuación para obtenerlas… etc.) a través del menú principal.

CONCLUSIÓN:

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Final Boss Si tuviera que citar un lugar, sería Cat on a Hot Pink Roof o Polter Pink por su frescura, su colorido y su originalidad. Y me quedaría con el tema principal o el de Pink Ranger si tuviese que escoger una melodía. Los apartados van de mejor a peor si los colocamos en orden de: sonido – gráficos – jugabilidad, entendiendo dentro de este último el control y las posibilidades de nuestro felino favorito. Si eres fan de la Pantera Rosa como yo, su notable colorido, aspecto y diseño de todo cuanto aparece en pantalla (enemigos, formaciones, decoración…) seguramente te sentirás fuertemente atraído hacia él, al mismo tiempo que su gran selección de temas (de verdad, una delicia) te cautiva. Pero cuidado porque no es oro todo lo que reluce, ya que tras su atractivo aspecto audiovisual hay un despiadado juego que no tendrá piedad de los débiles ni los impacientes.

Pink Panther in Pink Goes to Hollywood - Fin A la hora de jugar, de empuñar el mando, es cuando definitivamente llegarás a la conclusión sobre si te atrapa el juego o lo odias debido a su particular control y al caos que a veces resulta desenvolverse por sus mundos, que son muy grandes e innecesariamente laberínticos, pero se superan en unos pocos minutos si uno conoce el camino más rápido. Pero claro, antes hay que aprenderlo. ¿Merece la pena? Yo creo que sí. No todos los juegos tienen porque venir “mascados”, pero cuando el error lo marcan aspectos mal diseñados del juego (como su dudoso control, su precipitado scroll o la lentitud de movimientos), entonces ya da más que pensar, pero a pesar de todo es una experiencia satisfactoria y merece la pena quedarse con el recuerdo de sus virtudes. Os lo dice alguien que lo dejó abandonado durante dos largos años, algo que por el contrario no suelo hacer jamás. Sin embargo, creo que ahora nos llevamos bien :).

- Lo Mejor del Juego: El colorido entra directo a la retina, y el diseño, movimientos y expresiones son 100% Pink Panther. Su colección musical roza el excelente.

- Lo Peor del Juego: El simple hecho de saltar se convierte en una odisea, desesperando al más pintado. Las fases son demasiado laberínticas. Es tan cruel que queda una sensación agridulce.

2 comentarios:

Alucardog dijo...

Buenas Javi.

Que inmensa alegría ver que has vuelto a publicar en este blog!!
Sobre el juego.. desconocía su existencia y la verdad es que me ha llamado suficiente la atención como para probarlo así que ya te comentaré que tal.

Por otro lado darte las gracias por escribir en tu blog de RPGs sobre el Treasure of the Rudra, yo que creía que me había pasado todos los RPGs digamos sobresalientes de la snes y gracias a ti he descubierto esta maravilla, no puedo parar de jugarlo, a este ritmo me va a costar el divorcio.

Nada mas, ojala esta entrada no se quede como única y veamos mas análisis de la gran SNES.

Un Saludo.

JaviRPG dijo...

¡Qué tal! Pues sí, la verdad es que tu comentario me animó mucho, y ahora que por fin tengo más tiempo libre he decidido volver a darle caña de nuevo.

Uf, madre mía, el Treasure of the Rudras... que infravalorado está ese juego, que maravilla. Imposible jugarlo y no caer rendido. Tanto técnicamente, como en profundidad y emociones... no se puede llamar otra cosa que obra maestra. Y respecto a su banda sonora, de lo mejor que se ha compuesto jamás para la Super Nintendo. Desde que lo terminé, se coló definitivamente entre los 10 mejores RPG que he jugado nunca. Imprescindible.

¡Muchas gracias de nuevo! Un abrazo

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